Transcripción

Tras ver otro lindo video del blog A Word in Your Ear, quizo entrenar un poquito mi oído a mi castellano C y ya está:

Mi nombre es Félix de Azúa, he sido profesor de filosofía durante 30 años en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y el último año me he trasladado de Barcelona a Madrid, me he instalado en Madrid por un problema lingüístico. Cataluña es una pequeña parte de España – ha pertenecido siempre a España, pero en los últimos tiempos, el conflicto político ha hecho que una parte de la sociedad, la más poderosa, se quiere independizar. El problema no es ese – está el caso de Escocia, el caso de Quebec – pero el problema diferencia de Escocia es que en Cataluña el nacionalismo tiene como seña fundamental de identidad la lengua. Por lo tanto, los conflictos lingüísticos son muy difíciles de resolver y, a mi entender, son de un orden parafascista – muy próximo al fascismo. La lengua es utilizada para segregar, para separar – no para mí, claro – y, aunque ellos dicen que su intención es simplemente que todo el mundo sepa catalán; eso es así, por supuesto, pero es mucho más. La intención final es acabar con el español y sobre todo influir en los niños, en la gente de escasa educación, en una pedagogía de odio (que es cada vez más fuerte) de odio a todo el español. Que pasa, por ejemplo, por algo que, en los países educados de Europa, ha llamado mucho la atención, que es la prohibición de los toros. En Cataluña están prohibidos los toros porque son españoles. Con la excusa de que esto es torturar los animales… Esto es un caso, pero hay muchos más. Y en la cuestión lingüística, el problema es el siguiente: la educación es estrictamente y únicamente en catalán. Aunque ellos dicen que hay también una educación en castellano, es mentira, que todo el sistema es un sistema embazado en la mentira. No hay clases en castellano, pero hasta tal punto la persecución del castellano es fuerte que en algunos colegios – hay muchos colegios muy talibanes – el algunos colegios, algunos profesores hacen de comisarios y están el en patio, evitando que los niños hablen en castellano en el recreo, en el patio. Es decir que la presión totalitaria es fuertísima. Y los libros de texto dicen cosas como, por ejemplo, que la guerra civil fue una invasión de españoles… de algunos españoles que invadieron Cataluña. Y mentiras estas son el pan cotidiano y hay ya un par de generaciones que se lo han creído. Entonces los jóvenes son independentistas porque naturalmente han tenido una educación espantosa. Resulta que, hace cosa de un año y medio, nos dimos cuenta, mi mujer y yo, que íbamos a tener una criatura, entonces había que elegir. Si la teníamos en Cataluña, le iban a educar los catalanes – más los nacionalistas catalanes; controlan absolutamente la educación. De principio a fin: de una manera enteramente totalitaria, ¿no? Igual que los medios de comunicación. Entonces pensamos: si la educan aquí, van a pasar cosas como, por ejemplo, lo que le pasó a un amigo mío, cuyo hijo ya de ocho años llegó a casa y le preguntó: “Papá, nosotros qué somos: ¿catalanes o fachas?”. De manera que – ni hablar, no puede ser porque, además, esta niña, en cuanto crezca un poquito, irá a ver a sus abuelos, que son de Oviedo y les preguntará ¿por qué les roban? Porque naturalmente, toda la pedagogía catalana es que los españoles les roban. Por lo tanto decidimos que no podíamos quedarnos ahí, y que nos veníamos a Madrid, cosa que hicimos. La niña ahora tiene un año, es madrileña, nació en Madrid, ya está en una guardería estupenda y ya estamos buscando colegio. Y estamos encantados.”

Mañana intentaré traducirle al portugués, a ver.